"Aballay, el Hombre sin Miedo" - Un film de Fernando Spiner.


"ABALLAY, EL HOMBRE SIN MIEDO" - UN FILM DE FERNANDO SPINER

Estreno: 23 de junio de 2011.

Ficha Técnica:

Dirección: Fernando Spiner. Guión: Valentín Javier Diment, Santiago Hadida, Fernando Spiner (sobre historia de Antonio Di Benedetto). Producción: Eduardo Carneros, Fernando Spiner. Casting: María Laura Berch. Diseño de Producción: Sandra Iurcovich. Edición: Alejandro Parysow. Fotografía: Claudio Beiza. Música: Gustavo Pomeranec. Vestuario: Gabriela González. Argentina / España. 100 min. 2010. Calificación: SAM 13. Distribuidora: Energía Entusiasta.

Elenco:

Pablo Cedrón, Nazareno Casero, Claudio Rissi, Moro Anghileri, Luis Ziembrowski, Lautaro Delgado, Horacio Fontova, Gabriel Goity, Aníbal Guiser, Tobías Mitre.

Sinopsis:

Aballay es un gaucho resentido, ladrón y asesino. Luego de matar a un hombre, la mirada aterrorizada del hijo de su víctima le da conciencia de su salvajismo, de su falta de humanidad. Y ese golpe, lo llena de confusión, de horror por sí mismo.


En ese estado, Aballay oye hablar de los estilitas. Gente que, para alejarse de la tierra en que ha pecado y acercarse a Dios, decide hacer una particular penitencia: subirse a una columna y permanecer ahí por el resto de su vida. En su caso, decide no volver a bajar de su caballo. Pasan los años y cumple su promesa. La gente empieza a hablar y su imagen empieza a tomar ribetes legendarios. Así, se convierte en una especie de santo.

La Opinión de Fabián Sancho

(Para "Revista Godard!" / 25° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata)

Es una lástima que el género 'de Gauchos' que hubiese sido un territorio a explorar a la altura del western norteamericano, e inclusive a la del mexicano, no haya tenido una continuidad en Argentina. Cabe recordar algunos ejemplos como "Bairoletto, la Aventura de un Rebelde" (1985) de Atilio Polverini o las diversas versiones de Juan Moreira: desde la de Mario Gallo (1913), pasando por la de Nelo Cosimi (1936) hasta la magistral e insuperable de Leonardo Favio (1973).


Material hubo y hay, como lo demuestra esta obra de Fernando Spiner basada en un cuento de Antonio Di Benedetto (autor mendocino que lo escribió clandestinamente desde la cárcel en los tiempos de la dictadura) y con guión de Javier Diment, Santiago Hadida y el propio Spiner. Aballay (Pablo Cedrón) es jefe de una partida de gauchos renegados (el gaucho malo tipificado por Domingo F. Sarmiento en "Facundo") que se dedican al pillaje.

Las primeras imágenes nos muestran el ataque que ellos perpetran contra una diligencia (imagen ya icónica del western) en la que viaja un pasajero, padre de un niño llamado Julián. El niño, oculto bajo un asiento, es testigo del asesinato de su padre. Aballay descubre al niño pero, por alguna razón, no lo mata. El Muerto, segundo de Aballay (impecable villano compuesto por Claudio Rissi), traiciona a su jefe y lo deja estaqueado para que muera por inanición (tema de la traición, emblemático a los westerns europeos y de los guionados por Borden Chase).


Unos sacerdotes, los hermanos 'estilitas' liderados por un prelado español (Gabriel Goity), le explican el camino de la santidad por vía de la penitencia y Aballay decide no bajarse nunca más del caballo, salvo por cuestiones 'especiales'. Tras diez años, Julián ya es un hombre (Nazareno Casero) y busca a los responsables de la muerte de su padre (la venganza, otro tópico del género).


Es porteño y eso lo transforma en un 'intruso' en ese mundo de gauchos malos y mal entretenidos. En su odisea conoce a Juana (Moro Anghileri), que ha sido vendida como esposa al Muerto y, para colmo, ambos comienzan a enamorarse. El Muerto es ahora el más terrible bandido de Tucumán y Aballay se ha convertido en un ser santificado, cuya estatuilla se vende como imagen religiosa y se lo invoca en los rezos del pueblo.


Con un sentido del ritmo clásico, tiempos que recuerdan a Hathaway y Mann más que a Leone o Corbucci, Fernando Spiner capta el espíritu del western norteamericano y lo traduce al latinoamericanismo (tema de la santificación de personajes populares, la representación indígena, un estupendo personaje chamánico compuesto por un sorprendente Horacio Fontova, entre otros subtemas) sin perder coherencia ni credibilidad. El camino de la venganza se encuentra con el camino de la redención, las escenas violentas están perfectamente resueltas, sin excesos, en algunos casos hasta de una forma seca para culminar en un duelo inolvidable con bastante sangre, para demostrar que el crescendo se dio en todo sentido.


Como ocurre en los westerns tradicionales, el paisaje es parte de la historia y en este caso, lo es el de la Provincia de Tucumán, con esos hombres que parecen hijos de la tierra. "La Malaria", el pueblo que controla El Muerto, es una locación tan agresiva y hostil como el villano en cuestión. Fernando Spiner, realizador que ha introducido el porteñismo en la ciencia ficción ("La Sonámbula" o la hilarante "Adiós Querida Luna"), sabe perfectamente apropiarse de un género y 'generar' algo personal, disfrutable y recomendable, por donde se lo mire.

Link del Artículo en "Revista Godard!": http://revistagodard.blogspot.com/2011/01/25-festival-internacional-de-cine-de_17.html

Info: www.primordiales.com.ar

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